lunes, 4 de mayo de 2015

Capítulo 39. Morgan




Sus lesiones producidas en la última expedición habían hecho que se tomase unas vacaciones forzadas, un tiempo que tenía pensado aprovechar para descansar, leer y cumplir el mandato del príncipe Theron, investigar.



Era el mayor de su grupo y a veces le costaba seguir el ritmo de sus compañeros, bastante más alocados; pero seguía siendo, sin duda, uno de los mejores. Lor'Themar Theron, el padre de Kareth, lo había nombrado mentor de su hijo, con el que había trabado una profunda amistad a lo largo de los años. Morgan intentaba ser tan bueno como lo había sido su maestro.



Aquella mañana se despertó tarde, casi a mediodía. Tomó un ligero desayuno y después de darle un beso a su mujer, se fue derecho al archivo. Suspiró hondo…




-          No sé por dónde empezar – se dijo para sí mismo..
 



La bibliotecaria, una amable sacerdotisa llamada Yainna, lo observaba con curiosidad. Hacía tiempo que eran buenos amigos y la troll solía ayudarle en las misiones de investigación. Pero no sabía hasta que punto podía ayudarle en ese caso.




-          Buenos días Morgan.. ¿Otra misión aburrida? – saludó con una sonrisa


-          Hola Yainna, aburrida no… es.. extraña


-          ¿Qué buscamos esta vez? – sus cabellos rosados ondearon al sentarse


-          A una chica


-          ¿A una chica? – repitió extrañada


-          Es un encargo del príncipe Kareth


-          ¿Y qué quiere saber concretamente?


-          Algo…




La troll lo miró confusa, tratándose de un asunto real no osaba a preguntar más allá, y sabía que el paladín tampoco podría decirle demasiado. Aún así, estaba dispuesta a ayudarle.




-          ¿Qué es lo que tenemos? – preguntó animada


-          Es una elfa de sangre, joven… diría que unos 20 o 21 años.


-          ¿Sabemos su nombre?


-          Dice llamarse Nyn… pero Kareth duda de que sea cierto


-          ¿Su clase?


-          Es… extraña…


-          ¿Extraña?


-          Sí… maneja a la perfección la espada, pero al mismo tiempo ataca con magia. Es sanadora, pero al mismo tiempo golpea con fuerza. – Yainna lo miraba confusa – Ah sí… y puede usar poder de escarcha.


-          Eso que dices es… imposible..


-          Lo sé.. Yo también dudaría si no lo hubiese visto con mis propios ojos.También sabemos que estuvo en la escuela de paladines y que fue expulsada.


-          Eso reduce un poco las posibilidades..




Mientras Morgan observaba los enormes y aburridos listados de alumnos de la escuela de paladines, Yainna trataba de obtener algo buscando en el registro de la ciudad.



-          El nombre es falso… No hay nadie que haya vivido o viva en Lunargenta llamado Nyn. Sólo he encontrado a una Nyniel y falleció.


-          Nyniel… Que los dioses la acojan en su luz – puso la mano en el pecho.


-          ¿La conocías?


-          Era una sacerdotisa, una dama de Lunargenta, y la esposa de mi maestro, Lord Adanahel. Ambos murieron. –Morgan cerró el último libro – Aquí no hay nada de ninguna chica expulsada


-          La verdad es que era muy hermosa – Yainna observó la foto.


-          El rey Exánime los asesinó… ante los ojos de su hija pequeña.. 


-          ¿Tenían una hija?


-          Si… la pobre solo tenía 5 años… 


-          Pobre criatura…


-          Al principio solía ir a verla, pero después me nombraron tutor de Lord Kareth y ya no pude volver… No he vuelto a saber nada de ella.


-          ¿Cómo se llamaba?


-          No lo recuerdo… sólo se que se apellidaba Anylïnde





Yainna rebuscó de nuevo en el archivo..





-          Morgan…


-          ¿Si?


-          Ven a ver esto…









Cuando salió de la biblioteca era casi de noche. La luna llena comenzaba a asomarse en el horizonte, la miró con aquellos ojos avellana que reflejaban cansancio. No sabía cuando ni como vería a Kareth, ni como iba a contarle que no había descubierto nada sobre aquella joven. Tampoco tenía previsto contarle lo que Yainna y él acababan de encontrar en aquellos olvidados archivos de la ciudad…



Regresó a su casa y abrazó a Anduriel con fuerza. Sus ojos estaban húmedos, víctimas del cansancio y la tristeza por haber rememorado un atroz pasado. Pensó en aquella pobre niña huérfana, destrozada por la muerte de sus progenitores, encerrada en aquel lúgubre orfanato.




-          ¿Qué sucede, mi vida? – susurró Anduriel


-          Que doy gracias por tenerte a mi lado


-          Sabes que siempre lo estaré



Él se separó y miró aquellos ojos lilas, con su melena rubia cayendo graciosamente sobre sus hombros, ella le sonrió y le dio una pequeña cachetada en el culo, invitándolo a pasar al comedor, pues la cena ya estaba lista.



 



Y otra noche más… soñó con ella…



Soñó que estaba en Lunargenta, con él, en su alcoba…  La piel nívea de ella entrelazada con su piel ligeramente bronceada… Su pelo rubio haciéndole cosquillas en su pecho.



Él acariciaba la espalda desnuda de ella, en la que quedaban resquicios de lo que había sido una cicatriz, pero que había dejado paso a una piel suave como la seda. Ella incorporó su cabeza y le miró con aquellos ojos verdes, él sonrió, para después besarla con pasión.



Tras un rato, ella se levantó y se vistió, llevaba una toga muy ligera de color rosado..



-          ¿A dónde vas?


-          He de irme


-          Quiero que te quedes conmigo..


-          Sabes que no puedo, este no es mi lugar


-          ¿Cuándo volveré a verte?


-          Pronto…


-          Nyn..


-          Sabes tan bien como yo que ese no es mi nombre..


-          ¿Entonces cual es?


-          Cuando esté preparada te lo diré, no antes



Y  su figura se difuminó hasta desaparecer…

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