lunes, 9 de febrero de 2015

Capítulo 15. La noche helada



Nyn…. No podía quitarse aquel nombre de la cabeza, ni tampoco aquellos penetrantes ojos verdes… Nyn..



La siguiente noche había vuelto allí, con la esperanza de que sus caminos se cruzasen de nuevo, pero la suerte no le sonrió al joven príncipe. Tampoco aquella noche..



Regresó pronto a la taberna de Molino Tarren, un tanto abatido y huraño. Nada más entrar, la tabernera, la cual parecía no dormir nunca, le saludó con efusividad, algo que el elfo encontró de más en aquel momento y le dio esquinazo para subir a sus aposentos.



Una vez allí, se topó con Halthenis, que lo observaba con interés.




- ¿Qué estás mirando? – preguntó algo molesto




Halthenis puso los ojos en blanco durante un instante y, después, posó su mirada de nuevo en Popcorn y sonrió. Tenían la misma edad y se conocían desde muy pequeños, realmente habían crecido juntos, casi como hermanos. El padre de Halthenis era el general forestal Halduron Alasol, la mano derecha de Lor'Themar Theron. Pero lejos del ámbito político, ellos eran buenos amigos, por eso, Halthenis , supo reconocer a leguas lo que traía de cabeza a su amigo.





- Así que una chica… Por los dioses, dime que no es una no-muerta – exclamó divertido


- ¿Qué? – se volteó con dureza – No, por favor! – tomó asiento.


- ¿Entonces? ¿Cómo es?


- Oh Halthenis…. Como te odio a veces… - suspiró – Piel clara, labios carnosos y rojos, pelo rubio un cuerpo espectacular…


- Eso me resulta familiar – recordó algunas de las conquistas de su amigo.


- No, no es para nada familiar. Sus ojos… que ojos.. podrías hundirte en ese verde infinito..


- ¿Y esa belleza tiene nombre?


- Nyn


- Odio preguntar esto viéndote así.. pero… ¿qué vas a hacer con Sweetness?



Cabalgaba veloz… huyendo de sus propios pensamientos…

Sin rumbo, sin mirar atrás, aferrando las riendas de su corcel con fuerza…



Hasta que algo se cruzó en su camino…

Su caballo relinchó, encabritándose sobre sus patas traseras para evitar el inminente obstáculo. Elle, cayó al suelo.. Notó el crujido en su espalda y como su cicatriz ardía con el frío de la escarcha que invadía su cuerpo… Un grito de dolor llenó la oscuridad de la noche.




La escarcha reclamaba su cuerpo… y se adueñó de él… Su piel se tornó blanca como la nieve, su temperatura corporal descendió.. y sus ojos verdes, se tornaron de un azul cristalino



Se maldijo a sí mismo mil veces… Su amiga y mentora, Descompuesta, le había dicho y recalcado miles de veces que si decidía embarcarse en viajes nocturnos, utilizase la luz de los Ojos de Killrog, pero no.. ¿Por qué no le había hecho caso?

Torpemente, tras haber sentido las herraduras de un caballo muy cerca de su cara, Dusht  invocó al ojo de Killrog. Su luz verdosa iluminó el sendero, permitiéndole inspeccionar los alrededores. Vio a un extraño caballo alado de un translúcido azul celeste, con halos rosados, estaba de espaldas a él, agachado junto al cuerpo de una joven.


- Mierda.. – exclamó el brujo, echando a correr hacia la joven.

Por Dusht y todas las veces que murió intentando recrear esta escena


Agachado, izó la cabeza de ella, colocándola con sumo cuidado sobre sus rodillas y retiró su capucha. Se alarmó al rozar la mejilla de ella con su mano desnuda y notar el frío…

Sus ojos se cruzaron con aquella fría mirada de ojos cristalinos..




Abrió los ojos, estaba en su cuerpo, pero no se sentía ella misma, sino que tenía la extraña sensación de estar encerrada. Chantarelle confirmó sus peores sospechas cuando su propia mano se alargó hacia el cuello de un joven y le apretaba la garganta con fuerza.

Ella gritó horrorizada, pero su boca no emitió sonido alguno




Estaba paralizado de miedo…. Aquellos ojos llevaban la muerte impresa, pero no podía dejar de mirarlos… Notaba la fría y fuerte mano de ella en su garganta, oprimiéndole, y dificultando la entrada de aire en sus pulmones, pero Dusht  no podía moverse…




 
Entonces notó claramente aquella presencia en su interior, era una sombra de hielo, sin forma, como una nube de vaho en una noche de invierno. Se sintió intimidada ante su presencia, pero arremetió contra ella.

La sombra emitió un leve murmullo, similar a una risa, e inflingió más fuerza a la mano que agarraba el cuello de aquel elfo, dejándolo, por fin, sin aliento…

Chantarelle gritó con fuerza, arremetiendo contra aquella sombra helada y, por fin, recuperando el control de su cuerpo… Su piel recuperó su tono y temperatura habituales y sus ojos brillaban de nuevo verdes..

Estaba en el sendero en el que, unos minutos antes, una figura se había cruzado en su camino y ella había caído del caballo. Pero ahora, ante ella, estaba tendido el cuerpo inerte de aquel elfo que había visto, como una espectadora, a través de sus propios ojos.


- No… - sollozó


Miró sus manos, sintiéndose sucia, sintiéndose una asesina… Realmente lo era. Negó con la cabeza y varias lágrimas se precipitaron de sus ojos.. ¿Cómo había sucedido aquello?
Se quitó los guantes y concentró su poder sagrado en sus manos, sobre el pecho del elfo y pronunció unas palabras inaudibles. Su poder penetró en el cuerpo, llenándolo, logrando que su corazón latiese de nuevo…




Inspiró aire… ya no sentía impedimento ninguno, aunque notaba una extraña sensación en el ambiente.


La elfa que había tratado de ahogarle, yacía ahora de rodillas, con las manos apoyadas en el suelo y la cabeza muy cerca del mismo, la oía jadear..  Cuando él se movió, ella alzó su mirada. Dusht tembló ante la idea de toparse de nuevo con aquellos ojos cristalinos, pero los ojos de ella ahora brillaban de un color verde…





Estaba vivo! Lo había logrado!
Y, a pesar de que la miraba con una expresión de terror en los ojos, estaba contenta.

- Yo… lo siento.. - murmuró


- No entiendo lo que ha pasado.. – habló él tras unos segundos

- Ni yo… - reconoció preocupada.

- ¿Comemos algo mientras tratamos de recordar? – ofreció


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