Nyn….
No podía quitarse aquel nombre de la cabeza, ni tampoco aquellos penetrantes
ojos verdes… Nyn..
La
siguiente noche había vuelto allí, con la esperanza de que sus caminos se
cruzasen de nuevo, pero la suerte no le sonrió al joven príncipe. Tampoco
aquella noche..
Regresó
pronto a la taberna de Molino Tarren, un tanto abatido y huraño. Nada más
entrar, la tabernera, la cual parecía no dormir nunca, le saludó con
efusividad, algo que el elfo encontró de más en aquel momento y le dio
esquinazo para subir a sus aposentos.
Una
vez allí, se topó con Halthenis, que lo observaba con interés.
-
¿Qué estás mirando? – preguntó algo molesto
Halthenis puso los ojos en blanco durante un instante y, después, posó su mirada de nuevo
en Popcorn y sonrió. Tenían la misma edad y se conocían desde muy pequeños,
realmente habían crecido juntos, casi como hermanos. El padre de Halthenis era el
general forestal Halduron Alasol, la mano derecha de Lor'Themar Theron. Pero
lejos del ámbito político, ellos eran buenos amigos, por eso, Halthenis , supo reconocer
a leguas lo que traía de cabeza a su amigo.
-
Así que una chica… Por los dioses, dime que no es una no-muerta – exclamó divertido
-
¿Qué? – se volteó con dureza – No, por favor! – tomó asiento.
-
¿Entonces? ¿Cómo es?
-
Oh Halthenis…. Como te odio a veces… - suspiró – Piel clara, labios carnosos y
rojos, pelo rubio un cuerpo espectacular…
-
Eso me resulta familiar – recordó algunas de las conquistas de su amigo.
-
No, no es para nada familiar. Sus ojos… que ojos.. podrías hundirte en ese
verde infinito..
-
¿Y esa belleza tiene nombre?
-
Nyn
-
Odio preguntar esto viéndote así.. pero… ¿qué vas a hacer con Sweetness?
Cabalgaba
veloz… huyendo de sus propios pensamientos…
Sin
rumbo, sin mirar atrás, aferrando las riendas de su corcel con fuerza…
Hasta
que algo se cruzó en su camino…
Su
caballo relinchó, encabritándose sobre sus patas traseras para evitar el
inminente obstáculo. Elle, cayó al suelo.. Notó el crujido en su espalda y como
su cicatriz ardía con el frío de la escarcha que invadía su cuerpo… Un grito de
dolor llenó la oscuridad de la noche.
La
escarcha reclamaba su cuerpo… y se adueñó de él… Su piel se tornó blanca como
la nieve, su temperatura corporal descendió.. y sus ojos verdes, se tornaron de
un azul cristalino
Se
maldijo a sí mismo mil veces… Su amiga y mentora, Descompuesta, le había dicho
y recalcado miles de veces que si decidía embarcarse en viajes nocturnos,
utilizase la luz de los Ojos de Killrog, pero no.. ¿Por qué no le había hecho
caso?
Torpemente,
tras haber sentido las herraduras de un caballo muy cerca de su cara, Dusht invocó al ojo de Killrog. Su luz verdosa
iluminó el sendero, permitiéndole inspeccionar los alrededores. Vio a un extraño
caballo alado de un translúcido azul celeste, con halos rosados, estaba de
espaldas a él, agachado junto al cuerpo de una joven.
-
Mierda.. – exclamó el brujo, echando a correr hacia la joven.
Por Dusht y todas las veces que murió intentando recrear esta escena |
Agachado,
izó la cabeza de ella, colocándola con sumo cuidado sobre sus rodillas y retiró
su capucha. Se alarmó al rozar la mejilla de ella con su mano desnuda y notar
el frío…
Sus
ojos se cruzaron con aquella fría mirada de ojos cristalinos..
Abrió
los ojos, estaba en su cuerpo, pero no se sentía ella misma, sino que tenía la
extraña sensación de estar encerrada. Chantarelle confirmó sus peores sospechas
cuando su propia mano se alargó hacia el cuello de un joven y le apretaba la
garganta con fuerza.
Estaba
paralizado de miedo…. Aquellos ojos llevaban la muerte impresa, pero no podía
dejar de mirarlos… Notaba la fría y fuerte mano de ella en su garganta,
oprimiéndole, y dificultando la entrada de aire en sus pulmones, pero Dusht no podía moverse…
Entonces
notó claramente aquella presencia en su interior, era una sombra de hielo, sin
forma, como una nube de vaho en una noche de invierno. Se sintió intimidada
ante su presencia, pero arremetió contra ella.
La
sombra emitió un leve murmullo, similar a una risa, e inflingió más fuerza a la
mano que agarraba el cuello de aquel elfo, dejándolo, por fin, sin aliento…
Chantarelle
gritó con fuerza, arremetiendo contra aquella sombra helada y, por fin,
recuperando el control de su cuerpo… Su piel recuperó su tono y temperatura
habituales y sus ojos brillaban de nuevo verdes..
Estaba
en el sendero en el que, unos minutos antes, una figura se había cruzado en su
camino y ella había caído del caballo. Pero ahora, ante ella, estaba tendido el
cuerpo inerte de aquel elfo que había visto, como una espectadora, a través de
sus propios ojos.
-
No… - sollozó
Miró
sus manos, sintiéndose sucia, sintiéndose una asesina… Realmente lo era. Negó
con la cabeza y varias lágrimas se precipitaron de sus ojos.. ¿Cómo había
sucedido aquello?
Se
quitó los guantes y concentró su poder sagrado en sus manos, sobre el pecho del
elfo y pronunció unas palabras inaudibles. Su poder penetró en el cuerpo,
llenándolo, logrando que su corazón latiese de nuevo…
Inspiró
aire… ya no sentía impedimento ninguno, aunque notaba una extraña sensación en
el ambiente.
Estaba
vivo! Lo había logrado!
Y,
a pesar de que la miraba con una expresión de terror en los ojos, estaba
contenta.
-
Yo… lo siento.. - murmuró
-
No entiendo lo que ha pasado.. – habló él tras unos segundos
-
Ni yo… - reconoció preocupada.
-
¿Comemos algo mientras tratamos de recordar? – ofreció
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